3 pasos para ganar dinero haciendo lo que más te gusta

Extracto de Ganar Dinero por Internet

Desde que tengo memoria (pero de manera cada vez más frecuente en los últimos años), cada vez que conozco a alguien y comenzamos a hablar de trabajo, recibo del interlocutor ocasional una suerte de queja, posibilidades de cambio a futuro que nunca se materializan y excusas que lo llevan a “estar donde está ahora”, laboralmente hablando. “No está mal” o “muchos quisieran tener este trabajo”, son algunas de las frases que se pueden escuchar también en el mejor de los escenarios, pero convengamos que las mismas no son justamente una declaración de felicidad o alegría hacia lo que se está haciendo.

¿Por qué siento que la mayoría de la gente se convence de que la vida tiene que ser difícil, sacrificada, y se resigna?

Yo me lo pregunto y lo pregunto a diario, y escucho respuestas tan descabelladas y superficiales, pero a la vez socialmente aceptadas, como salario bajo, mala relación con compañeros o jefes, escasas o nulas posibilidades de promoción, dificultad para adaptarse al ambiente laboral o falta de reconocimiento, entre otras cuestiones.

Mis reflexiones sobre el tema me llevan a pensar que el origen de la infelicidad laboral no tiene nada que ver con las cuestiones enunciadas, sino con un tema más profundo y hasta existencial.

Trabajar en proyectos ajenos.

¿Puede uno pretender sentirse realizado o feliz cuando emplea el 70% del tiempo disponible en la propia vida trabajando para llevar adelante proyectos ajenos?

Mi respuesta es un rotundo no. En todo caso haremos más feliz al dueño del proyecto, pero la sensación de insatisfacción no hará otra cosa que crecer en nuestro interior mientras, desde la ventana de nuestra oficina, miramos la vida pasar.

Mantenerse ocupado con la rutina del dinero (trabajar para llegar a fin de mes, trabajar para comprar la casa, cambiar el auto o irse de vacaciones) y fingir que con eso se cura todo, sólo creará una distracción artificial constante que impedirá ver que lo que uno hace no tiene ningún sentido. Lejos de aportar al incremento del bienestar personal, sólo agrega ansiedad. Trabajar en proyectos ajenos es la mejor manera de seguir posponiendo nuestro deseo y la búsqueda de la propia potencia, que es aquella que se encuentra solamente cuando uno hace lo que realmente le gusta.

Trabajar en proyectos propios.

En mi caso particular, en la actualidad sólo dedico tiempo a trabajar en proyectos propios, aunque no siempre fue así: he pasado por trabajos en los cuales los minutos parecían horas y las horas, días; y llegué a preguntarme si era posible morir de aburrimiento.

De alguna manera me las pude ingeniar para abandonar las conversaciones de imposibilidad, pegar el salto de pasar de vender horas a vender talento, y trabajar así sólo en proyectos personales y escalables, que me aportan entusiasmo y ganas de crear, de manera constante, en mi vida.

Para poder comenzar a trabajar en tus propios proyectos, lo primero es encontrar una musa o fuente de inspiración.

Yendo a la práctica, el camino más fácil pasa por satisfacer una demanda (crearla es más difícil). Crear un producto y luego buscar a quién vendérselo puede resultar, pero seguramente sea más complicado que encontrar un mercado y luego buscar o crear un producto para él.

Para ello, veamos tres sencillos pasos para ganar dinero haciendo lo que te gusta:

1.- Elegir un nicho de mercado conocido en el cual puedas operar.
Para eso lo más efectivo es hacerse preguntas como: ¿a qué grupos sociales, sectoriales o profesionales pertene…


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